lunes, 28 de octubre de 2013

Flagelación.

La vida sería más llevadera si tuviéramos una capacidad sobrehumana para decidir qué recuerdos deberían quedarse en nuestra memoria. Pero no es así y tenemos que tratar de continuar con aquellas heridas de guerra que siguen punzando en cada uno de nosotros.

Su recuerdo aquí sigue. Su voz reaparece de vez en cuando. Aún la extraño y pienso en ella. Me pienso sin ella y cuando estaba aquí, en mi vida, y en todos esos momentos de alegría y plenitud. Muchas canciones se han vuelto prohibidas para mí. Es eso o mi escasa estabilidad emocional se iría de nuevo. Esas canciones que practicábamos y practicaba repetidamente para tratar de mandarle mensajes en las letras.
Quisiera poder verla de nuevo, pero en esa temporalidad en que todo marchaba “bien”, no ahora que me sabe su existencia, ausencia y recuerdo tan mal. Quizá su ella-ahora me derrumbaría por completo. Ella-antes era tan agradable, tan cercana, con una personalidad compleja pero que me hacía mucho bien. Un mar en calma en plena tempestad. Era como una canción que me relajaba y me permitía salir de este mundo. Era perderse entre el tiempo y el espacio. Sin saber qué rumbo tomaría pero sin miedo de por medio porque ella estaba ahí. Sus charlas, su compañía, su presencia, todo se acomodaba a la perfección en mi día a día. Era mi alumna perfecta. O tal vez no una alumna, sino solamente perfecta.

Ella-mentira fue lo peor que pude conocer. Un ser dañino que se devoró mis entrañas y dejó un desastre irreparable. Es quizá la parte que lo estropeó todo. Que viene constantemente a mi cabeza y hace lo que quiere con mis sentimientos. Muta fácilmente en ella-antes para así continuar perpetuándose en mi memoria. Toca una guitarra y comienza a platicarme sobre la filosofía y la literatura rusa. Me traslada a una sala de conciertos donde consigue que la orquesta comience a tocar a Satie. Es escurridiza porque ciertos días parece que se ha ido, que por fin me ha dejado en paz, pero siempre encuentra la manera de convertirse en todo lo agradable que tenía ella-antes.

Ella-antes se convirtió en ella-mentira: un ser que te dejaba moribundo, con una agonía innecesaria y devastadora que, quizá sin quererlo, la prolongaba. Pero el daño estaba hecho. Está hecho.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Ella. Perdición.

Nunca había visto tan sublime contraste como lo pude disfrutar hoy al admirar su soberbia presencia. El sol se transformó en un vil lacayo de su belleza y no pudo más que observar con envidia cómo tan admirable mujer le robaba su vanidad y su esplendor. Ella poseía una mirada perdida y a la vez segura. Cada segundo que transcurría se convertía en una eternidad que se desvanecía paradójicamente con cada suspiro que me provocaba. Ni el más brillante pintor pudo originar tan admirable instante en el que mi vida perdió totalmente su sentido. Pudo haber caído la noche y de ningún modo yo me habría movido para no disfrutar cuan delicada obra de arte. De aquí hasta que mi vida deje de correr a la par de su existencia le ofreceré cada uno de mis suspiros, de mis anhelos y de mis pensamientos a esta extraña mujer que patéticamente me tiene atado sin que ella lo sepa.

10/03/11

miércoles, 10 de agosto de 2011

Ella. Autocontrol.

No quiero verla. Me siento completamente indefenso cuando aparece. Se roba mi aliento, mi dignidad y mi seguridad. Siento que pierdo la batalla por conseguir un poco de autocontrol. El tiempo jamás regresa y lamento el no poder estar de nuevo en aquél momento en que me era completamente indiferente. No importa ya ni cómo ni cuándo dejé de mirarla con desdén para admirarla ahora con una intensidad que me hace parecer un loco. Soy feliz y desdichado simultáneamente cada que la veo. Necesito recuperar la estabilidad que actualmente me parece tan perdida. No quiero parecer como un cobarde así como tampoco un tonto sonriente. Algo tengo que hacer para solventar mi tan grande locura.

23/03/11

jueves, 4 de agosto de 2011

Contracorriente.

Todo permanece y todo se va. Uno no puede controlar sus impulsos, mucho menos lo que siente, pero al menos sí lo que dice y hace.
Quisiera dormir por siempre y no despertar jamás. Que el tiempo transcurra sin mí es lo ideal. Es difícil sobrellevar una vida a la que uno no le encuentra sentido. Sientes que vas como una nube por el cielo sin rumbo fijo. Muchos quisieran eso, pero en un momento tu alma lo único que te pide es un poco de estabilidad. Viajar cansa. Uno necesita descansar más nunca se sabe por cuánto tiempo. Por ahora lo que siento me está llevando al demonio. No es nada bueno, o al menos no aceptable en estos tiempos donde la moral ha sobrevivido a tantos siglos de lucha dentro del interior, del espíritu del ser humano. Ella me gusta, eso lo sé. Lo que detesto es empezar a imaginar cosas que jamás sucederán. El orden de las cosas es tan perfecto que es prácticamente imposible el intentar desafiarlo. Un caudal te arrastra y te impide luchar por lo que quieres. Quizás este caudal es la felicidad de los demás. Uno no “debe” imponer su felicidad sobre las desgracias de otros, pero el vivir siempre bajo esta condicionante cansa. De un momento a otro uno requiere romper esquemas a como dé lugar. Si tan sólo en esta batalla no fuera el único que luchara; si tal vez ella ayudara un poco las cosas quizás mejorarían. Por lo pronto, siento que toda mi vida se está yendo a “quién sabe dónde” y no sé por cuánto tiempo pueda mantener mi estado de ánimo lejos del peligroso vaivén que ya viví y que no me fue nada grato ni al cual quisiera regresar. Me he cansado de conservar la esperanza de que las cosas mejoren y, tal vez, con un nuevo amanecer todo se solucione en mi cabeza por arte de magia. De esas soluciones a las que llamo “pérdida de la memoria”. Puede que exagere, pero lo que siento está llegando a un punto en el que todo me va a importar poco… No quiero caer de nuevo, pero aún no encuentro el paracaídas que frene esta caída en picada a gran velocidad. Si tan sólo en unos meses me llegaran buenas noticias mi semblante mejoraría sustancialmente. Ya no puedo esperar, el tiempo me consume y lo que siento por ella aún más. La culpa y el sentimiento de ser un tonto comienzan a conjugarse para hacerme sentir peor. ¡Qué daría yo por despertar en otra realidad!, donde mis decisiones, por ahora equivocadas, no fueran tomadas de esa manera. La desesperación me consume y sé que debo pelear una batalla en contra de todo lo que me hace sentir mal. Yo contra el mundo y nada más…

03/12/10

De vuelta.

Heme aquí, casi dos años después de inaugurar este espacio. Pero no se asusten ni se entusiasmen demasiado. Así soy yo. En un minuto quiero hacer todo y al siguiente he perdido esa motivación. Soy como el sol que amaga con salir pero lo hace lentamente. Ojalá y algunas veces no saliera (el sol). De cualquier forma, la advertencia ya está hecha y quien ande por aquí deberá tomarla muy en serio. Si desaparezco por mucho tiempo es posible que haya perdido las ganas de escribir. O tal vez he muerto, estoy en la cárcel o mi computadora se ha descompuesto y ya no puedo recordar mis contraseñas porque me di un mal golpe en la cabeza que me provocó una amnesia severa. Aunque es más posible lo que he mencionado primeramente. Ustedes diviértanse, abúrranse y si les dan ganas y no las pierden tan fácilmente como yo, comenten.

jueves, 1 de octubre de 2009

Bienvenidos.

Y bienvenido aquél que deambule por estos lares, que cayendo por error no se precipite y abandone este espacio a la primera. No pretendo ni agradar, ni que coincidan mis opiniones enteramente con las de cualquier otro visitante. Es una forma de compartir ideas, pensamientos, letras sin sentido. Y bienvenido aunque sea cosa insignificante el estar aquí.